Coronavirus y embarazo. Lo poco que sabemos.

¿Cuáles son los riesgos del coronavirus para las mujeres embarazadas?

 

Desde el inicio de la epidemia por coronavirus, la prevención y el control de la infección entre las mujeres embarazadas y el riesgo potencial de transmisión vertical (entre madre  e hijo) han sido motivo de preocupación.

 

El problema es que se necesita más evidencia para desarrollar estrategias de prevención, ya que el número de casos en embarazadas es pequeño. Se supone que el modo de transmisión es parecido al de otros virus de características similares al coronavirus.

 

Se conocen dos casos neonatales de infección por coronavirus. Uno de ellos a los 17 días tras el nacimiento y después de un contacto muy estrecho con dos casos positivos (la propia madre y la matrona) y otro después de 36 horas del parto, en el que no se puede descartar la posibilidad de un contacto estrecho.  Actualmente no hay evidencia fiable de que el coronavirus pueda transmitirse verticalmente, durante el embarazo.

 

En estudios previos, la infección por virus similares al COVID-19 se asocia con alta incidencia de aborto espontáneo, parto pretérmino, restricción de crecimiento intrauterino, necesidad de intubación, admisión en cuidados intensivos, fallo renal o coagulopatía. Sin embargo, las mujeres embarazadas con COVID-19 parecen tener menos complicaciones maternas y fetales que las  esperadas para virus similares.

 

Las características clínicas en mujeres embarazadas infectadas por COVID-19 son semejantes a las del resto de adultos y sugieren un curso relativamente optimista, comparado con  infecciones similares.

No hay casos suficientes de coronavirus en embarazadas que nos permitan saber cómo actuar. Ante cualquier nuevo patógeno hay que ponerse en el peor escenario posible.

De todas formas, el número de casos es muy pequeño.  Según los estudios, las mujeres embarazadas tienden a desarrollar formas severas de neumonía, lo que posiblemente las haga más susceptibles al COVID-19 que la población general, especialmente si tienen enfermedades crónicas o complicaciones maternas.

Por ello las mujeres embarazadas y los recién nacidos deben considerarse población de alto riesgo.

Los recién nacidos de mujeres embarazadas contagiadas de COVID-19 deben ser aislados en unidades especiales durante 14 días y no deben ser amamantados, evitando cualquier contacto con la madre mientras sea sospechosa o esté confirmado que tiene la infección.

Este post es un resumen de un artículo de LANCET. Y aquí os dejo otro enlace sobre las guías que esta misma revista científica ha publicado sobre coronavirus y embarazo.

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